Entradas

11
Sep

 

Sexualidad

Historia de la Sexualidad Humana

Época Medieval

Los anatomistas medievales suponían que el pene era un manojo de nervios que nacían en la espina dorsal.

Según la ortodoxia católica, la mujer no tenía espíritu moral y había quien ponía en duda que fuera humana.

San Agustín considera el acto sexual impuro aún dentro del matrimonio. Incluso el deseo era pecado.

Los padres de la Iglesia se apoyan en  estoicos y gnósticos de la antiguüedad y adoptan sus teorías sobre  la Sexualidad.

No debía haber placer en la relación sexual y el coito sólo estaba encaminado a la procreación.

No debía haber sexo sábado, miércoles, viernes ni festivos.

La imagen del cuerpo era rechazable.

La fornicación de solteros era pecado mortal, así como el sexo anal u oral.

Eran vicios contranatura la homosexualidad y la masturbación.

También se consideraba que practicar demasiado sexo daba como efectos secundarios debilidad, dolor de cabeza, zumbidos de oídos, temblores o mal olor corporal.

Los médicos igual que los religiosos prescribían remedios contra los pensamientos impuros.

El punto de vista médico, en cuanto a la concepción y al aborto, llama la atención, porque, aunque el aborto era pecado, los tratados médicos de la época rebosan de recetas destinadas a ese fin.

Se decía que la lujuria surgía de los lomos de los varones y del ombligo de las mujeres.

Se creía que una mujer quedaba embarazada si se bañaba en agua donde se hubiera bañado un hombre.

La «buena mujer» de la Edad Media era sumisa, no se exponía al público, iba muy tapada, era callada y analfabeta.

Se elaboraban compuestos a base de plantas para la menstruación, el aborto, las parturientas, las madres lactantes. Y como métodos anticonceptivos. Mujeres que practicaban estas artes, en ocasiones fueron acusadas de brujería y quemadas en la hoguera.

Casi siempre las normas religiosas represivas estaban hechas (en la mayoría de las culturas) como métodos de ejercer poder sobre el pueblo llano. Porque nobleza y clero no solían atenerse a ellas.

Por otra parte y en contraposición a las costumbres, tanto el arte, sobre todo la arquitectura, como la literatura del medievo ofrecen multitud de referencias eróticas, tanto explícitas como implícitas. Y aunque pocos sabían leer las esculturas eran fácilmente interpretables.

Deja un comentario

Tu correo electrónico no será publicado.

Llámanos: 807 405 521 * Condiciones en
portada