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18
Nov

 

Digestión

Como se explicó en anteriores publicaciones, la Digestión, en general, es la reducción del alimento a moléculas pequeñas, capaces de incorporarse al metabolismo celular.

La Digestión puede ser extracelular o intracelular, según se realice fuera o dentro de las células. La Digestión extracelular puede ser a su vez interna o externa, según que el alimento esté dentro del organismo. O fuera del mismo, como sucede, por ejemplo, en las arañas, que vierten sus enzimas digestivas sobre sus presas para luego poderlas ingerir mediante succión.

En el organismo humano cada nutriente se digiere por mecanismos diferentes y en distintos lugares del aparato digestivo, y gracias a la acción de unas moléculas llamadas enzimas.

Digestión de las Grasas

De manera muy general, las grasas son emulsionadas por las sales biliares y degradadas por las lipasas pancreáticas que son enzimas segregadas por el páncreas.

   Los ácidos grasos de cadena corta se absorben directamente en el intestino delgado y desde aquí van hasta los capilares sanguíneos.

   Los ácidos grasos de cadena larga forman lo que se llama quilomicrones. Que no pueden ser absorbidas por los pequeños capilares y van a través del sistema linfático hasta la vena subclavia izquierda.

Digestión de los Hidratos de Carbono

La Digestión de los hidratos de carbono comienza en la boca al mezclarse los alimentos con la saliva, que contiene la enzima ptialina. Secretada fundamentalmente por la glándula parótida. Continua en el estómago por la acción de los ácidos gástricos.

   Una vez en el intestino delgado los degrada la amilasa pancreática. Posteriormente los hidratos de carbono básicamente se convierten en azúcares en el hígado, con la ayuda de las hormonas Insulina y Glucagón, segregadas por el páncreas.

   Después de comer, cuando la glucosa está alta en la sangre, el páncreas segrega Insulina, que convierte parte de esa glucosa en glucógeno, el cual es almacenado en hígado, grasas y músculos.

   Cuando pasan unas horas después de las comidas, y la glucosa en sangre comienza a bajar, el páncreas segrega Glucagón. Y éste hace que el glucógeno almacenado en músculos, hígado y grasa, se vuelva a convertir en glucosa, que pasa a la sangre, para así evitar la hipoglucemia.

Digestión de Proteínas

Las proteínas están formadas por aminoácidos Dentro de los aminoácidos podemos clasificarlos en esenciales y no esenciales. Los esenciales, serán aquellos que el cuerpo no puede sintetizar por el mismo y necesitará de un aporte externo. Los no esenciales, serán aquellos que el cuerpo a través de diferentes procesos metabólicos puede sintetizar.

Nuestro organismo contiene en torno a 6-10 kg de proteínas. A diferencia de los hidratos de carbono y las grasas, las proteínas no tienen un sistema de depósito. Lo que supone que una pérdida de las mismas nos va a llevar a un deterioro de las funciones si no proporcionamos proteínas extra a través de la dieta. Perder entre un 30-40% de nuestras proteínas corporales nos conduce a la muerte.

   Una vez ingeridos los alimentos llegan al estómago. Allí comienza la desnaturalización de las proteínas por acción del ácido clorhídrico producido en el estómago. Cuando olemos, tocamos o saboreamos un alimento, se produce una respuesta de las células del estómago que comienzan a secretar dicho ácido.

   La pepsina es una enzima digestiva producida en el páncreas, que se encarga de hidrolizar las proteínas en el estómago.

   El mismo intestino va a ser el encargado de estimular en el páncreas la secreción de otras enzimas proteolíticas. Termina así la degradación total de las proteínas que quedan reducidas a Oligopéptidos  y Aminoácidos.

   Además, hay procesos de la Digestión que se llevan a cabo en el hígado.

   Al final del proceso el encargado de realizar la absorción será el intestino delgado a través de los diferentes transportadores celulares

Digestión de Fibras

Las fibras no se digieren, fermentan en diversos tramos del aparato digestivo. Pero es muy importante que formen parte de la dieta ya que:

   Ayuda a mantener la salud intestinal. Parte de la fibra se fermenta en el colon. Una dieta alta en fibra puede reducir el riesgo de desarrollar hemorroides y enfermedad diverticular. Y probablemente disminuye el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal y otras enfermedades del colon.

   Normaliza las deposiciones. La fibra aumenta el peso y el tamaño de las heces y las ablanda. Una materia fecal voluminosa es más fácil de evacuar, lo que disminuye el estreñimiento. Si las heces son sueltas y acuosas, la fibra puede ayudar a solidificarlas. Porque absorbe agua y agrega volumen a las heces.

   Reduce los niveles de colesterol pues disminuye los niveles de colesterol «malo».

   Estudios también han demostrado que los alimentos ricos en fibra pueden tener otros beneficios para la salud del corazón. Como la reducción de la presión arterial y la inflamación.

   Ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. En las personas con diabetes, la fibra puede retardar la absorción del azúcar y ayudar a mejorar sus niveles en la sangre.

   Ayuda a lograr un peso saludable. Los alimentos con alto contenido de fibra tienden a llenar más que los alimentos con bajo contenido de fibra. Por lo que es probable que comas menos y te mantengas satisfecho por más tiempo.

 

El Tema: Digestión. Digestión de Grasas, Hidratos de Carbono y Proteínas, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es

 

 

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