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30
Nov

 

Síndrome de Estocolmo

Recibe este nombre una reacción psicológica paradójica y temporal, en la que la víctima de un secuestro o retención contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad e incluso de vínculo afectivo con sus captores.

El término se utilizó por primera vez en Suecia en 1973 para describir la relación de afecto entre algunos rehenes y secuestradores, en un asalto a un banco en Estocolmo.

Hay que señalar que el Síndrome de Estocolmo no está reconocido en los manuales más importantes de Psiquiatría, donde si está englobado dentro de los Síntomas de Estrés Postraumático.

Para que el cuadro se pueda etiquetar como Síndrome de Estocolmo ha de reunir los siguientes requisitos:

La persona ha tenido que estar retenida en contra de su voluntad.

Ha de encontrarse en un entorno reducido, sola o con pocas personas más. Cuando es un grupo grande es raro que alguien desarrolle un Síndrome de Estocolmo.

La acción de los secuestradores ha de tener un fuerte componente ideológico que «justifique» sus actos a la vista de la víctima.

Ha de existir un contacto directo de la víctima y el secuestrador, para que aquella pueda sentir identificación con los actos de este.

Es necesario que la acción no sea violenta.

Es necesario que, en un primer momento, la víctima tenga sensación de que su vida peligra, para que se invierta el papel y más adelante se convenza de que el secuestrador le aporta seguridad.

El rehén tiene gran presión psicológica al sentirse solo, aislado, abandonado, amenazado y olvidado por todos.

Parece que el Síndrome de Estocolmo puede aparecer con más facilidad en personas:

Que pertenezcan a alguna secta.

Víctimas de violencia intrafamiliar y de pareja.

Prisioneros de guerra o de campos de concentración.

Víctimas de abusos sexuales.

Fases en las que se desarrolla el Síndrome

Desencadenante: La víctima se siente con miedo, insegura, desorientada y sin saber qué hacer.

Razonamiento: Busca la causa de encontrarse en esa situación y se somete a una resistencia pasiva.

Reorientación: La víctima busca nuevos referentes en quien depositar esperanza.

Afrontamiento: Busca la causa en el exterior, culpa a los demás de su soledad y su situación, con lo que se refugia en quien le parece mejor de sus captores. Además, la víctima puede tener alteraciones cognitivas como la disociación, la negación o la minimización de los hechos delictivos.

Tratamiento

Se trata como un Síndrome Postraumático.

Lo fundamental es la psicoterapia.

Generalmente necesitan medicación contra depresión y sobre todo para la Ansiedad.

 

El Tema: Síndrome de Estocolmo. Diagnóstico y Tratamiento, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, y Neurología, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es

 

 

 

 

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