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28
Nov

 

Hepatitis C

La Hepatitis C es una enfermedad infecciosa producida por el virus de la Hepatitis C (VHC), que produce inflamación del hígado y, como consecuencia, que éste no funcione de forma correcta.

Causas de la Hepatitis C

La Hepatitis C se propaga de sangre infectada a sangre sin infectar (lo que se conoce con el nombre de transmisión por vía parenteral).

Es una enfermedad de que no se contagia con facilidad por transmisión sexual, como la hepatitis B o el VIH (SIDA).

Se puede contraer de las siguientes formas:

-Personas que son sometidas a diálisis renal durante mucho tiempo, pueden contagiarse sólo si se han descuidado las normas adecuadas de protección.

-Prácticas médicas que se realicen con una defectuosa esterilización de los materiales empleados (por ejemplo en podólogía, o en la manicura).

-Si una persona tiene contacto frecuente con sangre en su actividad laboral  como pueden ser los trabajadores sanitarios, y se pinchan de forma accidental con una aguja infectada.

-Al realizarse un tatuaje o un piercing con material infectado.

-Las personas que recibieran transfusión de sangre infectada antes del mes de  Julio del año 1992, porque antes de esta fecha no existían técnicas para poder detectar el virus de la Hepatitis C en la sangre.

-Era bastante común el contagio en personas adictas a drogas por compartir agujas para inyectárselas.

-Así mismo por inhalar drogas compartiendo instrumentos con personas infectadas si hay alguna herida a nivel nasal.

-En bebés nacidos de madre que padecen Hepatitis C. Aunque esto es menos común que en el caso de la hepatitis B.

-Por compartir cepillos de dientes o máquinas de afeitar con alguien que padece la enfermedad, siempre que haya heridas abiertas en la piel o en las  mucosas de quién lo utiliza. Es raro que se transmita la infección a través de las mucosas.

-El contagio por vía sexual es muy poco frecuente y solo puede darse en caso de una relación con una persona infectada si existe sangrado en genitales por ambas partes.

La Hepatitis C  No se contagia de las formas siguientes:

-Por estrechar la mano de alguien.

-Abrazando o besando a otra persona.

-Si se mantienen relaciones sexuales con preservativo.

Síntomas de la Hepatitis C

En el caso de una Hepatitis C aguda, la mayoría de las personas no va a presentar ningún síntoma específico que haga sospechar que se ha contagiado de esta enfermedad.

En algunos casos pueden aparecer síntomas que simulan como si tuvieran un “estado gripal”.  Generalmente ante estos síntomas, se toma por eso, por una gripe y se trata como tal sin realizar más investigaciones

En otros casos, aunque en muy pocos, se van a presentar otros síntomas tales como:

-Cansancio muy importante del paciente, con sensación de malestar.

-Estado nauseoso continuo que en ocasiones se acompaña de vómitos.

– Un prurito o picor inexplicable, sin lesiones en la piel, por todo el cuerpo.

-Fiebre en mayor o menos cuantía. En ocasiones es solo una febrícula.

-Pérdida progresiva de apetito con la consiguiente menor ingestión de comida y a consecuencia de ello el paciente va perdiendo peso.

-Puede aparecer un dolor muy localizado en zona hepática, o sea, en el cuadrante superior derecho del abdomen.

– Con frecuencia se presentan episodios de diarrea, no excesivamente acusa, de color amarillento o blanquecino (heces acólicas).

-Tos seca. Puede suceder si la hepatomegalia o crecimiento del tamaño del hígado presiona y empuja hacia arriba al pulmón derecho

-La orina va a ser muy oscura. Lo que se conoce con el nombre de orina colúrica

-Heces de color muy claro.

-Ictericia, que es un color amarillento en piel y conjuntiva. Generalmente es más evidente y aparece primero en la conjuntiva ocular.

-Malestar general importante

Es aconsejable acudir al médico siempre que alguien sospeche que se puede haber contagiado de Hepatitis C  o se tienen varios de los síntomas que se han señalado.

De las personas infectadas con Hepatitis C, la mayoría presenta ya una Infección Crónica  cuando se las diagnostica y nunca habían acusado síntomas en la fase aguda o de contagio.

Pasado un tiempo de evolución de esta enfermedad, puede aparecer la alteración hepática conocida como Cirrosis, que va a ser una de sus principales complicaciones.

En muchos casos no se diagnostica la Hepatitis C hasta que ha aparecido una cirrosis y se hace el estudio de las causas de este proceso.

Otra complicación muy grave de esta Hepatitis es el cáncer de hígado.

Diagnóstico de la Hepatitis C

En muchas ocasiones el diagnóstico de la Hepatitis C se hace de manera casual al realizar a una persona una analítica de sangre por una serie de diferentes motivos como pueden ser:

Análisis rutinario antes de hacer una donación de sangre

Antes de una operación.

En un control sanitario.

En estudio protocolario de embarazadas etc.

Como las personas que padecen una Hepatitis C crónica no suelen presentar síntomas evidentes, el Diagnóstico se va a hacer generalmente mediante los siguientes procedimientos:

Historia clínica del paciente con una investigación en profundidad de los antecedentes personales tales como: Transfusiones de sangre. O contactos de riesgo

Ante una sospecha de Hepatitis C, porque los marcadores hepáticos están alterados en una analítica rutinaria de sangre, se va a realizar una serología para determinar qué tipo de infección existe.

La evidencia de anticuerpos C en la serología, es concomitante con la presencia del virus de la Hepatitis C.

Frente a la presencia de anticuerpos del virus de la Hepatitis C sin alteración de enzimas hepáticas, se hace determinación de ARN del virus con el fin de medir la carga viral.

Así mismo se pueden realizar pruebas genéticas para determinar el genotipo del virus de la Hepatitis C.  Existen seis genotipos distintos.

Los resultados de este estudio completo pueden ayudar al médico a elegir mejor el tratamiento adecuado para cada paciente concreto.

Parece que el más frecuente es el genotipo 1, que es el más difícil de tratar.

También son frecuentes los genotipos 2 y 3 que suelen responder mejor al tratamiento.

Para verificar qué Daño tiene ya el hígado, se deben determinar:

Pruebas completas en sangre de la función hepática.  Albúmina.  Tiempo de protrombina.

Pruebas de imagen tales como son: Ecografía.  TAC,  etc.

La prueba definitiva va a ser la BIOPSIA. Se hace una toma de tejido hepático y se examina al microscopio en el laboratorio de Anatomía patológica. Este examen va a indicar si el hígado no tiene grandes alteraciones. Si hay cirrosis. O incluso si existe ya un carcinoma hepático. Tales son las complicaciones más graves de la Hepatitis C.

La biopsia es una prueba sencilla y nos da el diagnóstico definitivo del daño hepático.

 

El Tema: Hepatitis C. Causas. Contagio, ha sido revisado, elaborado y resumido por la Dra. María Julia Romero Martín, Especialista en Medicina Interna, para publicar en: www.tumedicoaltelefono.es

 

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